El gato es una mascota que por naturaleza no muestra dolor ni debilidad. Los chequeos rutinarios frecuentes permiten detectar enfermedades silenciosas de manera temprana en el gato antes que sean difíciles de tratar. Esto no solamente tendrá un efecto positivo en su salud, pero también en su longevidad.
Se recomienda de manera preventiva llevar por lo menos los gatos 1 vez al año al veterinario cuando esté en su etapa adulta. Luego de, cuando entra en una etapa más madura (después de los 7 años), las analíticas y chequeos para monitorear su salud se pueden realizar cada 6 meses.
Ante cualquier cambio de comportamiento o sintomatología, no dude en llevar a tu gato al veterinario, te dejaremos por acá algunos signos a los cuales deberás estar pendiente:
1. Falta de apetito o aumento de apetito inexplicado
2. Pérdida de peso importante
3. Toma de agua y micción excesiva
4. Babeos, vómitos o diarrea
5. Dificultad respiratoria
6. Cambio en sus costumbres de acicalamiento diario
7. Dificultad para desplazarse
8. Orina o defeca fuera de la caja de arena
9. Cambio en la cantidad, en el color u olor de las orinas
10. Perdida de pelo y falta de brillo